Un día en este sinsentido viaje
a través de la vida
encontré a un alto hombre llorando.
Le pregunté porque un hombre fuerte lloraba.
Dijo que su raza estaba muriendo.
Y una lagrima cayó, sin embargo dijo estar bien,
por nada pararía de considerar su causa.
Habló de desdén y apatía,
de familia y esposa,
Y cómo sus amigos le desertaron
Cuando habló de la ley de la vida.
Y una lagrima cayó,sin embargo dijo estar bien,
por nada pararía de considerar su causa.
Habló de hombres Blancos del pasado
Con coraje desmesurado,
Y como esta generación egoísta
Vende su raza por placer.
Y una lágrima cayó, sin embargo dijo estar bien,
por nada pararía de considerar su causa.
Entonces habló de chiquitos,
Los niños que son Blancos,
Pronto muertos por una horda ajena
Porque sus padres no lucharían.
Y una lágrima cayó, sin embargo dijo estar bien,
por nada pararía de considerar su causa.
Entonces su largo cuerpo tembló
Y su gran corazón se rompió
y las lágrimas en sus mejillas brillaron.
Y las últimas palabras que alguna vez dijo:
''Mi gente nunca escucharía''.
Y una lágrima cayó, sin embargo dijo estar bien,
por nada pararía de considerar su causa.Así sea.
David Lane
alto hombre llorando
Federico Moccia
- Tre metri sopra il cielo (A tres metros sobre el cielo)
Un libro de culto entre los jóvenes italianos, y que recrea, en los años noventa, un amor a lo Romeo y Julieta. Babi es una estudiante modelo y la hija perfecta. Step, en cambio, es violento y descarado. Provienen de dos mundos completamente distintos. A pesar de todo, entre los dos nacerá un amor más allá de todas las convenciones. | |
- Ho voglia di te (Tengo ganas de ti)
En esta esperada segunda parte de A tres metros sobre el cielo,los protagonistas sellarán su relación con un candado en el Ponte Milvio de Roma. El "fenómeno Moccia" continúa: millones de jóvenes italianos imitan a los protagonistas de la novela y cuelgan en el puente candados con sus nombres. Son los candados del amor. Y hay tantos que su estructura, del S. III, ha empezado a resentirse y a peligrar a causa del peso, e incluso el alcalde de la ciudad ha tenido que intervenir. Un maravilloso ejemplo de cómo la realidad emula a la ficción.
- Scusa ma ti chiamo amore (Perdona si te llamo amor)
Niki es una joven madura y responsable que cursa su último año de secundaria. Alessandro es un exitoso publicista de 37 años a quien acaba de dejar su novia de toda la vida. A pesar de los 20 años de diferencia que hay entre ambos y del abismo generacional que los separa, Niki y Alessandro se enamorarán locamente y vivirán una apasionada historia de amor en contra de todas las convenciones y prejuicios sociales. Una deliciosa novela sobre el poder del amor ambientada en las románticas calles de Roma. Federico Moccia se ha convertido en el gran fenómeno editorial italiano de los últimos años con más de tres millones de libros vendidos. Su tercera novela, Perdona si te llamo amor, con ventas que superan el millón de ejemplares, ha pasado a ser un verdadero punto de referencia para varias generaciones de nuevos lectores, que se ven reflejados en la autenticidad de su historia.
- Scusa ma ti voglio sposare (Perdona pero quiero casarme contigo)
Segunda parte de Perdona si te llamo amor. La historia de amor continúa... Alex y Niki están más enamorados que nunca, acaban de volver del faro en la isla de Blu donde han vivido días inolvidables. Niki se reencuentra con sus amigas, pero el grupo de las Ondas deberá afrontar grandes cambios que pondrán a prueba su amistad. Alex retoma su vida de siempre, sus viejos amigos. Ellos, Flavio, Enrico y Pietro han pasado de ser maridos serenos y seguros a tener que afrontar muchas dificultades que han puesto en peligro sus matrimonios. Y ahora todas estas personas, hombres y mujeres de diferentes edades, cada uno a su manera se encuentran para reflexionar sobre el amor. Pues, ¿existe el amor? ¿Es cierta la crisis del séptimo año? ¿Tienen razón los que dicen que un amor no puede durar más de tres años? Y después, la pregunta más difícil: ¿un amor puede durar para siempre?
Ashley
Le temblaban las piernas mientras se mordía el labio con impaciencia.
Le había dejado por primera vez.El resto de veces fue él quien la abandonó
y sin embargo hoy lo había hecho ella.Ni siquiera había llorado.
Se sentía como siempre:sola.Aún tenía en la mente esa mirada fija de Diego,
esos ojos llorosos y ese corazón roto.Le había hecho daño y sin embargo
a ella le daba igual.Le amaba y mucho pero lo suyo se había convertido
en un estúpido juego.
Dejó de temblar y entró en su cuarto.Cogió las fotos,cartas,regalos,recuerdos
que había de ellos y los tiró por la ventana.Entonces una tímida lágrima asomó
del verde de sus ojos y fue resbalando hacia sus labios.
Había arrancado el corazón a quien más amaba en este mundo y solo por ser
una egoísta.
Destapó la manta que cubría el espejo y se miró.Comenzó a llorar.
Se preguntó si podría continuar sola y automáticamente dio una patada al espejo.
Se rompió y los cristales se esparcieron por el suelo.
-No,no puedo continuar sola.-se respondió a sí misma mientras cogía un pedacito de cristal afilado.
La sangre comenzó a brotar de su brazo.Era un corte profundo,demasiado profundo.
Se desmayó quince segundos después de cortarse en el brazo izquierdo.
Su madre escuchó el golpe en el espejo y tardó tres minutos en llegar al cuarto de Ashley.
Tres minutos que fueron suficientes para que ella intentara suicidarse.
Diez minutos después se la llevaron en una ambulancia;había perdido demasiada sangre.
Sobrevivió.Pero le dolió mucho más sentir como su corazón pedía a gritos ayuda que
su intento fallido de suicidio.
Ashley no volvió a ser la misma.Hizo las maletas y se metió al coche.Sus padres la internaron
en un nuevo centro psiquiátrico.Pero éste era distinto.En éste no podía pedir el alta voluntaria.En éste iba a estar ingresada como mínimo hasta que cumpliese los 18 años.Y para eso aún quedaban 10 meses.
Ash lloró mientras se abrochaba el cinturón.Pero no fue porque pensó que iba a estar internada tanto tiempo sino porque desde la ventanilla vió a Diego sentado en su portal,mirándola con lágrimas por sus mejillas.Ella puso la mano en el cristal como saludo y él la sonrió.
-Mamá,¿voy a recibir visitas?-preguntó.
-Ninguna.Ni siquiera llamadas.Lo siento Ashley,es lo mejor.
-¿Voy a estar diez meses sin ver ni oír a Diego?
-Así es.
Rompió a llorar.Su corazón ya no gritaba,ahora simplemente se ahogaba en el silencio del dolor.
Ashley
Prefiero no querer,para no sentir dolor.
Prefiero ser cobarde y callar que luego perder el corazón...
Y esto no es de siempre,es de ahora.
Esque antes era yo la que perdía corazones todas las noches...
y ahora,ahora no me toca a mí.
Me llamo Ashley y soy de las duras,de las que tienen una fachada
pero que si le quitas ese muro...adiós,adiós.
Soy frágil pero no todos lo saben.
Por si acaso,por si me duele el corazón.
Ashley
Ashley siempre me pareció una chica preciosa,delgada y preciosa.Encantadora.
Al verme a su lado me sonrió.Se me revolvieron las tripas.Estaba preciosa.
Ella jugueteaba con sus rizos dorados mientras tarareaba algo pegadizo.
Ahora que me fijaba...pocas veces ella llevaba el pelo rizado.Ash siempre
lo tenía liso,bueno casi siempre.Supuse que la lluvia le habría quitado el disfraz.
-¿Qué tarareas?-le pregunté al oído.
-Una nana.-me respondió ella mirando el suelo.
-Ah.-y ella me miró,con los ojos brillantes.Yo le sonreí y me agarró con delicadeza la mano.
Estaba congelada y me estremecí, pero seguí sonriéndola.
Todavía no lograba comprender por qué ella había elegido ese camino.Sí,el camino de la enfermedad.Ella sabía perfectamente dónde se había metido y sin embargo,ahí seguía.Su frágil mano aún seguía acariciando la mía.Observé sus finos dedos,demasiados delgados para alguien de su edad;diecisiete.
Hace un mes fue su cumpleaños.Yo,después de ocho meses siendo un cobarde la llamé a la clínica,y la felicité.Ella todavía me amaba,después de todo el daño que le hice...¡me amaba!Y yo a ella...joder,como a nadie he querido en la vida.Pero,¿por qué?¿Por qué seguía todavía en ese camino?No lo sé,ella nunca me lo quiso decir.Bueno,al menos ahora le habían dado el alta;había engordado 5kg que seguramente perdería en menos de una semana.
¡Maldita sea!Odio este tema,el de su delgadez,el de sus finas manos,el de sus ojeras interminables,el de su miedo a los espejos...lo odio.Y más me duele odiar verla así.
Solté mi mano de la suya y le acaricié la cara dispuesto a besarla pero ella me frenó:
-Espera,Diego.-con una sonrisa en su cara.
Esperé impaciente mientras miraba su también frágil sonrisa,¿cuánto tiempo iba a durar esta felicidad incrédula?
-Te amo-dijo mientras sacaba un paquete envuelto en papel de regalo de su mochila.
Cogió mi mano y la apoyó de nuevo en su mejilla.Yo ni siquiera me percaté del regalo,solo quería comérmela a besos,pero tuve más cuidado,por si le hacía daño debido a su fragilidad.
El beso fue corto e intenso.Uno de los bonitos y cuando acabó yo le mordí la orejita(eso le encantaba a Ashley)y le dije:
-Yo también.
Ella cogió de nuevo el paquete.Estaba envuelto en un papel de regalo de los lunnis,me reí por lo bajinis.Mi chica me sacó la lengua,como una niña pequeña,mi dulce niña pequeña.
-Toma,es para ti.Y por fa,prométeme que...bueno,me callo.¡Ábrelo!-terminó de decir entre carcajadas.
Me sorprendió que me regalase algo,no me esperaba mucho,pues su economía no se lo permitía pero desdeluego lo abrí con ilusión.
-¿Una peli?-le pregunté asombrado.
-Una no tonto.¡Es la peli!Lee el título,vago.-me revolvió el pelo con la mano.
-Desayuno con diamantes.¡Ah!Nuestra peli,la primera.La de las chispas.-recordé dos años atrás,viendo esa película nos besamos por primera vez.
-Sí,la peli de los te quieros.Quiero que la veas cuando yo no esté.
-Está bien pero,¿cuándo no vas a estar?-le besé en la mejilla.
-Cuando esté en la clínica.¿Me lo prometes?-puso los ojos en blanco.
-Sí,por supuesto.-prometí sonriente.
Acto seguido Ashley se levantó del banco y se despidió de mí diciendo:
-No te lo he dicho,lo sé.
-¿El qué?-dije dudoso.
-Ahora vienen mis padres a recogerme,mírales,están ahí,al lado del coche rojo.
-Ah,sí,ya les veo.Pero..
-No hay peros que valgan-me calló con un beso en la boca-me voy a la clínica,he perdido 7 kilos.
-¿Estás loca?-le chillé mientras corría hacia el coche de sus padres.
-¡Te amo!-gritó desde lo lejos.
"Pero yo te amo más"-pensé.
La pequeña Ashley